Saturday, September 08, 2007

Por qué leer a Cioran



Por Everardo Flores.

Como bien es sabido las tiendas y restaurantes donde se venden libros están dominadas por ediciones de coyuntura política, de autoayuda y superación personal, títulos de temas esotéricos y religiosos, de ejercicios orientales o filosofías indias, chinas o tibetanas, los mostradores y mesas de estos lugares están tomados por los bestsellers en boga: conspiraciones medievales, claves templarias, sectas clandestinas y alumnos de escuelas de magia. A últimas fechas –digo, desde hace unos pocos años a la fecha- han aparecido en este mar de títulos, libros de filosofía digerida disfrazados de libros de autoayuda, el más exitoso de ellos ha sido sin duda aquel de “Más Platón y menos Prozac” con el que su autor Lou Marinoff dio con tubo a finales del siglo pasado y principio de este, principalmente en países de primer mundo aunque en México supongo no habrá tenido tan mala venta.

Marinoff, digámoslo sin tapujos, no hace sino “sintetizar” –o al menos eso intenta- en una colección de frases acompañadas de efímeras y superficiales interpretaciones, cientos de años de filosofía. Son los nuevos tiempos –dirán- sin duda, es verdad que ya no hay lugar para la paciente y profunda formación, lo inmediato y efímero “es lo de hoy”.

Si ya no es posible leer a Platón o Aristóteles en sus fuentes originales debido al trajín de los nuevos tiempos –y con ello me refiero a los miles de distractores que nos azotan- sin duda es mejor leer a Marinoff que quedarse sin leer nada, además –como todo buen gringo- el autor abre nuevas posibilidades económicas para los filósofos –todos somos en alguna medida aprendices de filósofos- pues ofrece -según sus palabras: a quienes ni los medicamentos ni las terapias psicológicas le surten efecto- una nueva herramienta terapéutica: el asesoramiento filosófico.

Muy modestamente -en esa misma línea de Marinoff- pretendo con esta sugerencia bibliográfica que apunta el título, aventurar una asesoría filosófica -si bien no solicitada, pero ofrecida en buena lid a quien tenga la amabilidad de leerme con el único beneficio de compartir conmigo una fascinación luego de una exquisita lectura-.

Permítaseme referirme a Émile Michel Cioran (1911- 1995) filósofo rumano que verdaderamente cimbró –como todo buen filósofo de grandes ligas- el pensamiento de su época, en este caso la nuestra.

Un breve ensayo es mi fuente: “Desgarradura”, Écartelement en francés su título original –A los 36 años Cioran decide cambiar de lengua y deja de escribir en rumano para adoptar el francés hasta el final de sus días-. Luego de su obra maestra: “Breviario de podredumbre” Cioran escribe –quizá para hacer algunas precisiones- el ensayito al que hago referencia donde es posible obtener una muestra de su obra mayor.

Pero qué es lo que me ha parecido verdaderamente impactante de Cioran, qué más va a ser: su crudeza, su fortaleza argumentativa, su desparpajo intelectual desprovisto de toda insinuación moral edificante.

Estoy convencido que leer un poco a Cioran es más provocador y por lo tanto verdaderamente más motivante –díganmelo a mi si no (me encanta esa frase) que de primeras me ha motivado a escribir este texto- que leerse las obras completas de Paulo Cohelo o cualquiera de esos.

Pienso que debe haber una confusión la cual consiste en creer que los libros más saludables para el espíritu son los más positivos y edificantes, todo lo contrario, los libros más saludables para el espíritu son los más negativos y disolventes debido a que provocan la energía que los niega y obligan a reaccionar furiosamente contra su fuerza nociva con el resultado lógico de que quien los lee no tiene más remedio que aferrarse a la realidad con una alegría fabulosa. Cioran lo ha dicho así: “cuanto más veneno contiene un libro, más saludable es el efecto que produce, a condición de que se lea contracorriente, que es como debería leerse cualquier libro. Luego entonces, no existe ningún pensador potente que no sea un escritor de libros de autoayuda.

Qué duda cabe que Cioran es uno de los escritores más saludables, antidepresivos, vitamínicos y proveedores de alegría que podamos hallar. ¿Qué dice Cioran?: la verdad, más o menos lo mismo que dicen casi todos los sabios que han existido, esto es, pura autoayuda: la felicidad una vacilada, ¿el éxito? Un verdadero mal chiste, ¿el amor, la amistad? Un completo fraude. La virtud: je, una tomada de pelo. ¿La historia? El mayor fraude de la historia, je, paradójico. ¿El estado? El timo más monstruoso que puede haber. ¿Los hombres? Una bola de rufianes, cobardes y perdedores natos. Ya está, más bajo no se puede caer. Y entonces, como ya no es posible caer más bajo porque la verdad convierte en grotesca cualquier noción de éxito o de felicidad, todo lo que se nos conceda por añadidura se vuelve una fuerte enorme de placer, alegría y gratitud por lo real. Esta claro que si todo el mundo leyera como es debido a Cioran el mundo sería un lugar luminoso y habitable y sin duda nos ahorraríamos tantas penas y catástrofes provocadas por nuestra ansia de éxito.

Yo ya me vi, soy un amigo pésimo, un hijo pésimo, un novio pésimo, un alumno pésimo, un escribidor pésimo, un jugador de fut pésimo. Siento entonces un aire de libertad vigorizante, una carga de prejuicios menos, me siento girito, ligero, bien. Salud hermanos, liberémonos de las sombras.

Para compartir mi optimismo:

Cioran E. M. Breviario de podredumbre. España. Punto de lectura. 2004. 341 pp.

Cioran. E.M. Desgarradura. España. Montesinos. 1989. 197 pp.

Marinoff, Lou. Más Platón y menos Prozac. España. Punto de lectura. 2001. 513 pp.

No comments: